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"UN TRIBUTO DE MÉXICO"

Texto de Derek Walcott

Premio Nobel de Literatura 1992

(sobre el trabajo de Edmundo Font)

Pintor mexicano Edmundo Font, pintores mexicanos, artistas mexicanos

Un Embajador es un tipo gordo que anda por tu país, a quien le dieron el puesto como favor pagado tras una victoria electoral y que no tiene ni la más mínima idea del idioma, sin mencionar las costumbres, especialmente si es americano; a veces puede tratarse de una mujer, pero no se dice "Embajadora", siempre queda en masculino singular. No he conocido a muchos embajadores. Uno de los que traté era brasileño y también pintor, al estilo de Mondrian: muchos cuadrados multicolores.

Edmundo Font es nuestro embajador de México y como la mayoría de los embajadores es un tipo agradable (imagino que así deben serlo), pero también es un pintor considerablemente talentoso que ama mi isla genuinamente y que pinta con lo que solo puede llamarse: un decente frenesí. El embajador trabaja en acrílicos, un medio por el cual tengo un estúpido desdén, aunque mi hijo lo usa también; pero allí está lo que ellos llamaban el origen de esas grandes y vigorosas telas.

El Señor Font es un mexicano y como cualquier buen artista, agota y dramatiza los clichés históricos de su país. Tiene retratos vigorosos que rinden homenaje a personajes como Emiliano Zapata; pinturas frenéticas, excitables pero efectivas del Día de los Muertos con calaveras totémicas e inmensos sombreros, hechas con pintura que suele verterse sobre las superficies y luego trabajadas y apuradas con pinceladas lineales para indicar dibujos más cercanos a los grafitis que a la academia.

Tras su reciente llegada, llevamos al embajador y a su esposa a Cas En Bas, esa salvaje y preciosa playa en la costa atlántica y el embajador enloqueció y produjo grandes lienzos de esa escena con una pasión devoradora. Lo más fuerte de estos lienzos es el amor por el lugar, mismo que él trata de reverenciar vehemente y repetidamente. La energía, dignidad e incluso poder del embajador son sobrecogedores. Ha hecho otras series sobre — ¿qué más?—. Los "Pitones", es una serie incluso más poderosa que las series de Cas En Bas: deberíamos todos estar contentos de que él esté entre nosotros y de que la crónica de su estadía haya sido tan fenomenalmente productiva. Desde luego yo he escrito esto desde la amistad así como desde el respeto. ¿Por qué sino perdería mi tiempo?

A tribute from Mexico

An Ambassador is a fat guy running your country who got the job as a favour paid back after elections who doesn’t have a clue about the language not to mention the customs, especially if he’s American; sometimes it can be a she, but you don’t say ‘ambassadress’, it’s always the male singular. I haven’t known many ambassadors. One from Brazil whom I knew was also a painter in the style of Mondrian: lots of multi-coloured squares.

Edmundo Font is our ambassador from Mexico, and like most ambassadors is a very nice guy, (I suppose they have to be) but he is also a considerably gifted painter who genuinely loves my island and is painting it with what can only be called a decent frenzy. The ambassador works in acrylics, a medium I have a stupid contempt for but which my son also uses, but here is what they used to call the gen about these large and vigorous canvases.

Mr. Font is a Mexican and like any good artist he exhausts and dramatizes the historical clichés of his country. He has vigorous and tributary portraits of Emiliano Zapata, frantic, excitable but effective paintings of the Day of the Dead with totemic skulls and immense sombreros, done with paint that is usually poured onto the surfaces, then worked and worried with linear brush-strokes to indicate drawings that are closer to graffiti than they are to the academy.

When he first came here we took the ambassador and his wife to Cas En Bas, that wild and precious beach on the Atlantic coast and the ambassador went crazy and produced large canvases of that scene with a devouring passion. The strongest thing about the canvases is their love of the place which he vehemently and repeatedly tries to hallow. The ambassador’s energy, dignity and even power is overwhelming. He has done another series on - what else? The Pitons which are even stronger that the Cas En Bas series: we should all be glad that he is among us and that his record of that sojourn has been so phenomenally productive. Of course I have written this out of friendship as well as respect. Why else would I waste my time?

Derek Walcott sobre Edmundo Font
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